Nouca da nombre a un conjunto de parcelas ubicadas en Lleida, Cataluña, y pretende relacionar nuestras nueces con la tierra donde crecen los árboles que las producen: Nou (Nuez) Ca (Cataluña). A nuestra finca principal la conocemos como La Plana, y se encuentra muy cerca del río Segre, próxima al mar Mediterráneo y a unos 80 km del Pirineo Catalán. Esta ubicación es ideal para el cultivo del nogal, permitiendo a nuestros árboles gozar del frío necesario en invierno para desarrollar un fabuloso descanso invernal, y una maravillosa primavera abundante en agua.
La historia agrícola de este proyecto familiar recae 3 generaciones atrás, y se inició con el cultivo de manzanas, pero hace unos 20 años la caída de precios de la fruta nos hizo tomar la decisión de cambiar unas tierras dedicadas al manzano por el nogal. Este árbol siempre nos pareció que tenía un encanto especial y nos apetecía cultivarlo. Además, nos ayudaría a diversificar nuestra fuente de ingresos y a reducir riesgos ocasionados por inclemencias o plagas. Actualmente cultivamos unas 10 ha de fruta, entre ellas se encuentra manzanas de las variedades granny smith, golden reinders y gala buckeye y 22 ha. de nogal de la variedad chandler.
Nos encontramos a 275 m.s.n.m, en una zona muy rica en agua, con aguas subterráneas muy próximas a la superficie del terreno (2m. aproximadamente), lo que nos permite contar con un pozo para el riego de nuestros árboles. Pero como todos sabemos, el agua es un bien escaso, y para no malgastar ni una gota contamos con un sistema de riego por microaspersión que mediante sondas suministra la cantidad necesaria de agua a cada árbol dependiendo de su estado fenológico.
En 2019 iniciamos la certificación a Agricultura Ecológica, cultivando desde entonces según los parámetros que establece esta normativa. En nuestra zona la ganadería tiene gran importancia económica, y contribuimos a reducir sus residuos aprovechando el estiércol de ganaderías ecológicas cercanas, evitando siempre el uso de fertilizantes químicos de síntesis y pesticidas.
Nuestro manejo ecológico de la finca se basa en la prevención de plagas, carencias y enfermedades. Somos generosos en la aportación de estiércol de vaca que mezclamos con cáscaras, pieles o nueces en mal estado e incorporamos al suelo la hierba triturada o los restos de poda, así logramos no generar residuos. Además, en busca de un suelo vivo lleno de microorganismos beneficiosos aportamos biofertilizantes ricos en microorganismos y minerales que hacemos nosotros mismos, controlando el equilibrio de nuestros suelos realizando mediciones periódicas.
Nuestro ciclo productivo se inicia con la poda en invierno, seguido del crecimiento vegetativo, floración, formación y maduración del fruto hasta la recolección, seguida de la campaña de venta. El momento de cosechar la nuez es uno de nuestros favoritos, y es la rotura del pericarpo (piel verde que rodea la nuez marrón que todos conocemos) lo que nos indica que se acerca la recolección, que suele ser entre septiembre y octubre. Después de esta rotura del pericarpo, los frutos comienzan a caer al suelo formando una preciosa alfombra de nueces, y cuando hay aproximadamente un 50% de la nuez en el suelo, damos el pistoletazo de salida y comienza nuestro “inicio de campaña”. En este momento, con ayuda del tractor vibramos los árboles para que caiga toda la nuez al suelo, y acto seguido, las soplamos al centro de las calles para que las barredoras las recojan y descarguen en los tractores que las transportan a nuestra planta.
Nuestras instalaciones para el procesado de la nuez se ubican en la misma finca, y allí realizamos su secado y envasado. Realizamos inmediatamente un exhaustivo control de calidad para asegurar la ausencia de plagas y hongos, reducir el destrío y garantizar el mejor sabor y la máxima calidad.
En nuestro proyecto participan personas de nuestro entorno cercano y rural. Nuestro jóven equipo no llega a los 40 años de edad media, y lo formamos Pepo, Roc, Gora, Miriam, Viroel, Nuria y yo, Iván. Durante la época de recolección reforzamos el equipo del campo con unas 10 personas más, para poder recoger, limpiar y procesar las nueces en el momento idóneo, y así, obtener la máxima calidad. Todos nuestros trabajadores están contratados y cumplimos rigurosamente la ley en este sentido, apostando por el capital humano. Además, colaboramos con una asociación de personas con síndrome de Down, ubicada en el municipio colindante, llamada Acudam. Esta asociación es la encargada de empaquetar gran parte de las nueces que distribuimos.
No menos importante es la presencia de mi abuelo Josep Maria, de 74 años, que cada día pasea por las fincas con sus dos perros Bruno y Duc, para comprobar que todo está en orden y dar su importante sello de conformidad, basado en la experiencia de más de 60 años trabajando la tierra.