Orogrande (noviembre y diciembre): sabor dulce con un punto de acidez, al inicio de campaña la piel puede mostrar algunos tonos verdes pero por dentro están maduras
Agricultura ecológica desde 2017, Certificado Bio Suisse y en transición a Demeter
Recolectadas del árbol bajo pedido y enviadas sin cera ni tratamientos de conservación de la piel en una caja de cartón sin plásticos
1kg contiene entre 6 y 8 piezas (en la caja recibirás dependiendo del tamaño aprox. 35 frutas)
Conservándolas en un lugar fresco y aireado te pueden aguantar unos 15 días en buenas condiciones
Cosecha limitada. Envío a domicilio incluido.
País de destino España
Precio final: 17.86€
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1
(5,00 kg)
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IVA incluido
No plásticos
Ecológico
Fresco y de temporada
Francisco Torralba
Con más de 80 años a la espalda puedo decir que mi relación con la agricultura es pura pasión. Con 14 años me fui a Francia a trabajar en la vendimia. Repetí varios años y conseguí prolongar mis estancias más allá del periodo de vendimia trabajando en la construcción. Mis hermanos pequeños estuvieron vendimiando conmigo y cuando volvían a España les cosía el dinero que habían ganado a los calzoncillos para que no lo perdieran. De Francia pasé a Alemania en el 54 a trabajar en la re-construcción de la Alemania de la posguerra. Trabajé en la construcción de autovías entre Hannover y Suiza. Volví a España para hacer el Servicio Militar y con poco más de 20 años empecé a trabajar de camionero. Primero con mi hermano y luego por mi cuenta. Transportaba mucho material de minería y fuí aprendiendo cómo funcionaba ese sector hasta que pude lanzarme yo mismo a comprar terrenos para hacer explotaciones mineras. En cuanto pude me compré mi primer terreno, pero esta vez no para la minería sino para cultivar. La agricultura siempre me ha gustado y poco a poco he ido cumpliendo mi sueño de tener fincas propias. A estas alturas de mi vida me encanta poder decir que soy agricultor.
De mis años en Alemania me traje muchas cosas pero sobretodo aprendí que teníamos que respetar la naturaleza para que ella nos respetara a nosotros. He intentado trasladar mi pasión agrícola y medioambiental a mi actividad minera. Siempre que recuperamos una zona minera intentamos dejarla no sólo igual, sino mejor si es posible a como la encontramos. Para ello hacemos semillero y multiplicación de las especies importantes y luego las utilizamos para restaurar la zona.
Dentro de mi equipo cuento con Carlos que es la persona que se encarga de gestionar el día a día de La Cueva y de otras fincas que tenemos en la zona. Conoce al dedillo las parcelas y sabe identificar pronto qué está ocurriendo en el campo para actuar cuanto antes. Es un apasionado del cultivo ecológico hasta el punto de que ahora se encarga de convencer a otros agricultores cuando le preguntan si merece la pena. Además cuento con José María, que lleva la parte técnica de todas las fincas, y Jacinto que es el encargado de la Cueva junto con tres personas más para realizar las labores agrícolas.
Para defender mi propia fruta me he asociado con Maria Luisa (que aparece en las fotos conmigo). Maria Luisa es pura vitalidad tanto en el campo como en los temas de oficina. Es la nueva generación de agricultores que han acompañado a su experiencia agrícola con estudios universitarios. Tienen la mente abierta y entienden cómo a través de internet podemos vender nuestra fruta directamente al consumidor final. Esto era algo impensable para mi. A mis más de 80 años me sigo sorprendiendo.
La Cueva
Nuestra finca La Cueva se encuentra en Fortuna, muy cerquita de Murcia. Tiene una superficie de cultivo de 55 hectáreas. Esta zona tiene una gran tradición en el cultivo de cítricos, principalmente limones. Siempre nos ha gustado hacer las cosas un poco diferentes y por ello apostamos por las clementinas y naranjas.
La Cueva recibe el nombre de una construcción muy típica de esta región del mediterráneo: una casa-cueva. Antiguamente era frecuente que algunas viviendas tuvieran parte de su estructura excavada en la roca. De esta manera conseguían mantener una temperatura muy agradable a lo largo de todo el año.
La finca la cultivamos desde el año 2000. Anteriormente había almendros y olivos en secano y se utilizó para la extracción minera de material de recebo y zahorras. Siempre hemos utilizado abonos orgánicos y lucha biológica en nuestras fincas. Desde el 2010 decidimos aprender a convivir con las hierbas para potenciar la presencia de fauna auxiliar y por todo ello en 2013 decidimos certificarnos en ecológico. Hemos ido un paso más allá y estamos certificados con Bio Suisse que nos exige disponer de áreas de conservación específicas y mantener áreas de monte dentro de la finca. Por último estamos tratando de aprender a trabajar con agricultura biodinámica. Desde que cultivamos en armonía con el medio ambiente, la vida ha explotado en la finca y es muy fácil poder observar todo tipo de insectos, así como aves y conejos haciendo su vida en La Cueva.
Cultivamos clementinas orogrande y naranjas de la variedad navel y lane. Las clementinas están plantadas sobre pie macrophylla ya que es el que mejor se adapta a los altos niveles de caliza activa que hay en general en estos suelos.
El agua la obtenemos de una comunidad de riego de la cercana localidad de Jumilla, dónde tienen los pozos que abastecen a varios agricultores de esta región. Para optimizar el uso del agua empleamos riego por goteo y sensores de humedad que nos indican cuándo es necesario regar.
Los restos de poda los trituramos entre las filas de árboles para que se queden como cubierta orgánica y mejoren la estructura del suelo. Además empleamos estiércol de ganaderías caprinas cercanas que mezclamos con yeso de nuestra industria para aportar calcio ecológico.