Cultivamos los aguacates en nuestra hermosa finca abancalada a los pies de la Sierra de Corbera. Nuestros campos tienen una climatología especial puesto que están situados en las faldas de las montañas, orientados hacia el mar Mediterráneo y justo sobre el humedal formado por el Parque Natural de la Albufera de Valencia. Es un lugar privilegiado para el cultivo de cítricos y aguacates, bañados por el sol de levante y la influencia climática del mar.
Nuestra finca tiene aproximadamente unas veinte hectáreas de campos abancalados en las primeras estribaciones de la sierra dejando que los pinos y encinas crezcan de manera natural en las partes más altas. De esta manera, tenemos una parte importante de la finca disponible para que los pájaros y el resto de animales silvestres puedan construir sus refugios sin ser molestados.
Atravesando nuestras tierras hay un barranco que recoge las aguas de las lluvias que caen en las montañas de alrededor, por lo que nuestras tierras siempre tienen humedad en el subsuelo. Un antiguo nacimiento brota de manera natural en el centro de la finca justo donde tenemos nuestro pozo de riego, de manera que nunca falta el agua para nuestros árboles. Además empleamos riego por goteo apoyada por varias balsas de acumulación para optimizar el agua que necesitan nuestras plantas: ni mucha ni poca, siempre la justa.
En 2018, iniciamos la plantación de los árboles de aguacates, alquilando unas tierras cercanas a las de nuestra familia y comprando otras hasta reunir la hermosa finca que ahora cultivamos. Estaba plantada de viejos naranjos que se habían secado después de que sus antiguos propietarios los hubiesen abandonado durante más de una década. Inmediatamente iniciamos las labores de transformación para preparar la tierra y nos llevo un año tenerlo todo listo, así que fue hace 3 años, en 2019 cuando plantamos los aguacateros. Desde el primer momento nos decantamos por el cultivo ecológico, cubriendo los bancos donde están plantados los árboles con restos de poda y dejando las calles llenas de la hierba que crece de manera natural. Este manejo, sin productos químicos y empleando las especies autóctonas favorecer extraordinareamente la presencia de enemigos naturales, combatiendo de manera natural las plagas.
Nuestro innovador proyecto ha levantado muchas expectativas en la zona ya que estamos rodeados de tres pequeños pueblos, que apenas tienen otra actividad económica más que la agricultura. Hace años se podía vivir dignamente cultivando cítricos en la zona, pero ahora mismo la mayor parte de los campos solo están cuidados por personas mayores que poco a poco los van a abandonando por falta de rentabilidad. Nuestra iniciativa es un revulsivo que ya ha permitido crear seis puestos de trabajo para personas de los alrededores, con contratos indefinidos, salarios por encima del convenio laboral y trabajo durante todo el año.
Uno de nuestros objetivos es que no se desaproveche nada y eso es lo que hacemos. Recolectamos la fruta semanalmente, seleccionando a mano la que reúne la calidad óptima para enviarla a nuestros adoptantes; el resto junto a las hojas caídas, los restos de poda y los cortes de hierba de las calles se emplea como mulching en las bancadas. De esta manera impedimos la competencia de las hierbas junto a los troncos de los árboles y hacemos un aporte de materia orgánica para los aguacates.