Mi nombre es Manuel García, ecologista activo, agricultor y fundador de DAIQUÍ. Pasé mi infancia en Galicia, y aún recuerdo los fines de semana trabajando las tierras junto a mi padre. Creo que esto despertó mi conciencia medioambiental y mi pasión por la agricultura.
Durante mi etapa estudiantil, en el año 1981, que pasé en León estudiando veterinaria, comenzó a promoverse la explotación minera para extracción de lignito en en mi comarca natal, A Limia. Al investigar el daño medioambiental que producían estas industrias, quedé tan impactado que decidí abandonar mis estudios de veterinaria en león y fundar junto a algunos amigos el Movimiento Ecologista de Limia (MEL). A partir de este acontecimiento, nuestra lucha por el medioambiente pasó a ser nuestro estilo de vida. Así, comenzamos a luchar en contra de la contaminación del río Limia, las concentraciones parcelarias y desecación de las zonas húmedas. En definitiva, nuestro principal objetivo era y sigue siendo la conservación del medio ambiente favorecido por el sistema productivo tradicional gallego, basado en pequeñas parcelas de producción en entornos naturales.
Pasamos años realizando fuertes protestas hasta que, en el año 1992, viajé personalmente a Bruselas para exponer en el parlamento europeo la situación medioambiental en Galicia. Allí comprendieron la gravedad del impacto medioambiental que provocaría la concentración parcelaria en fincas grandes. Finalmente, conseguimos frenarla en nuestro ayuntamiento, el de Rairiz de Veiga. Siendo este el único ayuntamiento de la zona que se libró de estos efectos negativos que supone la eliminación total del ecosistema agrario tradicional (creador de paisaje, fertilidad y biodiversidad).
Sin embargo, mi lucha a favor del medio ambiente no ocupaba todo mi tiempo, ya que fui maestro durante muchos años. En el año 1988 entré como maestro alternativo en un proyecto educativo conocido en todo el mundo llamado Benposta, Ciudad de Muchachos. Allí acogíamos niños huérfanos o cuyos padres habían tenido que emigrar, y además de los estudios básicos, realizaban talleres de agricultura, cine, circo etc. Benposta llegó a convertirse en la primera experiencia de circo de España y la segunda del mundo.
Fue precisamente mi etapa en esta escuela, enseñando el funcionamiento de la agricultura ecológica a los muchachos la que me hizo conocer a un grupo ecologista japonés. En su visita a Benposta, me contaron que a través de una asociación de productores ecológicos distribuían los productos de más de 2000 agricultores. Podría decir que fueron el empujón que necesitaba para lanzar el proyecto que desde hacía años teníamos en mente, LABREGOS DAIQUÍ.
Por fin, en el año 1996 se forma LABREGOS DAIQUÍ. Un grupo que pretende dar continuidad al activismo y la lucha por el medioambiente fomentando el cultivo ecológico en Galicia. DAIQUÍ significa “de aquí” y con estas palabras queremos dar a conocer los productos cultivados en nuestra tierra y ayudar a nuestros agricultores a obtener precios justos.
Inicialmente compatibilizaba mi trabajo de maestro con el de DAIQUÍ. Realizaba a diario el reparto de productos frescos en Madrid, Ourense y Vigo cuando terminaba mi jornada de maestro. Nuestra idea inicial era la de comercializar sólo lo que se producía en nuestra zona. Sin embargo, nuestro proyecto empezó a conocerse en Galicia y muchos agricultores contactaron con nosotros en busca de asesoramiento. Descubrimos que el abandono de las tierras venía motivado porque muchos agricultores no conseguían vender sus alimentos. Ante esta situación, decidimos animar a algunos los agricultores de unirse a nuestro proyecto, comprometiéndonos a asesorarles y dar salida a sus productos.
Sin embargo, nuestra infraestructura y el poco consumo que hay en Galicia no nos permite vender todo el producto de nuestros agricultores, por lo que los últimos años acabamos vendiendo a mayoristas de toda España. Por este motivo, pretendemos a través de CrowdFarming llevar nuestros mejores productos a los consumidores de toda Europa. Así, queremos incentivar en nuestra tierra una agricultura ecológica y responsable que sería una ruina sin la venta directa al consumidor final.
Hoy en día somos 5 personas las que trabajamos a tiempo completo en Daiquí. Chus se dedica principalmente al almacén y María es quien organiza todos los temas administrativos. También cuento con la ayuda de mi hija Aroa, una apasionada de la ecología, el campo y la apicultura. Andrés se dedica principalmente a cuidar de la huerta, aunque también trabaja en el almacén y hace el reparto semanal de verdura en Ourense a nuestras familias consumidoras. Cuando hace falta trabajamos todos juntos en la huerta o el almacén. Por último, yo me dedico a coordinar todas las actividades (cursos, visitas, comunicación etc.) que llevamos a cabo en DAIQUÍ, a tratar con los agricultores colaboradores, y como no, a cuidar de los cultivos. Somos una empresa de carácter familiar en la que todos los trabajadores cumplen los sueldos fijados por los convenios laborales.