Canarias es agua, es cielo, es sol y es suelo. Agua, porque estamos rodeados de ella, somos islas, un archipiélago alejado de la Península Ibérica y Europa pero unido por el mar. Agua también porque los vientos alísios nos traen la humedad necesaria que al condensarse, hace que puedan crecer plataneras. Cielo, porque tenemos una de las mejores localizaciones del mundo para observar estrellas, y porque tenemos una cantidad inmensa de horas de luz solar, lo que hace que el proceso fotosintético sea enérgico. Y es suelo, porque nuestras islas son de origen volcánico, lo que hace que estén repletas de minerales.
Estar en el límite de cultivo es siempre un riesgo y también un reto. Un riesgo tanto por las bajas temperaturas como por el viento. Tenemos años de grandes dificultades, que nos obligan a invertir grandes esfuerzos en mantener la platanera en producción. Y un reto porque queremos transmitir a nuestros clientes todo el esfuerzo y mimo que hay detrás de cada plátano cosechado.
En las Islas Canarias, es muy extraño encontrar grandes fincas. Este hecho, unido a nuestra distancia a la Península Ibérica, hace que para los agricultores sea prácticamente imposible subsistir sin agruparse para comercializar su fruta, motivo por el cual 43 agricultores decidieron agruparse en 1992 montando una organización de productores de plátano que hoy cuenta con más de 700 socios. Tenemos claro que unidos somos más fuertes y que nuestra ilusión por innovar y encontrar modelos de producción y comercialización más sostenibles debía desmarcarse de los modelos tradicionales tan reticentes al cambio.
La finca La Mocanera se encuentra en el municipio del Mazo, en la pequeña y volcánica Isla de la Palma, conocida como Isla Bonita, y debe su nombre a un precioso árbol cercano a la misma, el mocán, una especie endémica de nuestras islas. Por su belleza, por ser la finca típica en cuanto a tamaño y manejo, y porque yo, Luz, estaba encantada de presentaros mi pedacito de tierra, hemos decidido que sea La Mocanera la finca que nos represente en CrowdFarming.
En esta finca que siempre perteneció a la familia de mi pareja, cultivo principalmente plátanos, aunque hay alguna pitaya. Esta combinación del plátano con otros cultivos es bastante común entre los agricultores. Pero además tenemos otras especies que dejamos crecer en las fincas porque nos ayudan a mantener un ecosistema con una gran biodiversidad, como los bejeques y otras plantas autóctonas.
Aunque La Mocanera sea la finca que nos va a representar a todos en este proyecto, todos los socios trabajamos las fincas con el mismo mimo para ofreceros plátano ecológico todo el año de la mejor calidad y respeto al medioambiente.
Cuatro islas componen la provincia de Santa Cruz de Tenerife: El Hierro, La Gomera, La Palma y Tenerife, y en estas dos últimas se encuentran todas nuestras parcelas. Nos encontramos en el punto más cercano a la Europa continental dónde se puede cultivar el plátano, lo que hace que sea uno de los pilares fundamentales de la economía canaria desde que se afianzó su cultivo en el siglo XIX.
Por lo general el plátano se riega por aspersión, que es lo que mejor le viene a la planta, y así se hace en La Mocanera. Actualmente se riega cada 12 días y medio, durante 15 minutos en invierno y 30 en verano. El plátano es una planta que sufre tanto con la ausencia de agua como con el exceso, por lo que hay que estar atento y aportar los litros que necesita. Ahora mismo se están instalando contadores en las fincas para conocer y ajustar mejor el consumo de agua.
Adaptamos nuestras prácticas agrícolas a los requisitos exigidos por el Consejo de Agricultura Ecológica, en el que están certificadas las fincas de donde procede el plátano que os enviamos. Además, con el objetivo de ser más sostenibles minimizamos el uso de tratamientos fitosanitarios, dejamos cubiertas vegetales favorables para el cultivo y eliminamos manualmente aquellas que son perjudiciales. Realizamos una cubierta vegetal con pinilla (hoja de pino) para que actúe como mulching, protegemos las raíces de las plantas con las hojas que poco a poco se van descomponiendo, abonamos elaborando nuestros propios preparados ecológicos a base de estiércol de cabra y combatimos las plagas utilizando trampas de feromonas para el picudo o lavados periódicos con agua para la mosca blanca.
Por otro lado, si se produce algo de destrío en nuestros almacenes de confección en las islas, lo trituramos y compostamos para que los agricultores lo reutilicen para abonar sus fincas, aunque actualmente el destrío es mínimo.
En nuestra empresa estamos asociados más de 40 agricultores trabajando en ecológico, y a la vez, hay un gran equipo que nos da soporte a los agricultores en aspectos técnicos de campo, administrativos, o incluso programando la recolección y el transporte de la fruta a nuestras instalaciones, siempre con nuestro personal cualificado y contratado en unas condiciones que mejoran las establecidas por el convenio.