El nombre de nuestra finca, El Solar, proviene de un suelo que disponía mi familia y de cuya venta pudimos comprar la tierra de nuestros mangos y aguacates. Hemos decidido conservar este nombre en recuerdo a nuestros abuelos, que son quienes nos dieron la oportunidad de contar con esta preciosa finca, y así seguir sus pasos, de excelentes agricultores.
Se encuentra en la comarca de La Axarquía, al este de la provincia de Málaga. Esta comarca conserva profundas raíces de su historia árabe, como son los nombres de pueblos, la arquitectura de calles y aún hoy, algunas obras hidráulicas destinadas al regadío. En las zonas más altas y frías perduran antiguas parcelas de olivos, almendros, vides y pencas. Sin embargo, la agricultura de tropicales ha permitido un importante desarrollo económico en una zona tradicionalmente pobre y deprimida. Hoy son muchas las familias que de una u otra forma viven de los aguacates y mangos que se cultivan en las vegas y laderas de la comarca, vistiéndolas de tonalidades verdes.
Nuestra huella hídrica es muy reducida gracias al sistema de regadío que usa goteros compensados. Para nosotros el agua es un bien escaso y universal, por lo tanto, intentamos realizar el menor uso posible. Actualmente estamos trabajando en un proyecto con el que lograremos ahorrar hasta un 20% del agua consumida por kg producido, mediante la monitorización de parámetros medioambientales.
Gracias a mi experiencia internacional como Business Controller en una de las mayores productoras de aguacate ecológico, he visto los beneficios que tiene cultivar productos ecológicos. Hay muchos motivos, pero el principal es que creamos vida en nuestra tierra gracias a los procesos que realizamos, entre ellos destacar:
El manejo de la hierba, la rozamos con desbrozadoras eléctricas. La hierba se deja triturada en el suelo para que sirva de compost para nuestros cultivos.
Poda, realizamos un proceso muy similar.
Polinización, intentamos siempre tener alguna parte de la finca con flores, para mantener vivas a las abejas.
Respecto a nuestra plantilla, al tratarse de una finca pequeña, el propio núcleo familiar se encarga de la misma, formado por:
Mi padres, Salvador y Ana: desde bien jóvenes han estado cultivando con mimo y cariño diferentes tipos de cultivos como cereales, tomates, alcachofas hasta la actualidad con el cultivo de mangos. De ellos hemos mamado la pasión de amar lo que haces, ya que de esa forma obtendrás un producto de primera calidad.
Las jóvenes promesas, mi hermano Jaime (ingeniero agrónomo) y yo (economista). Desde bien pequeños estamos conectados al mundo agroalimentario, lo cual nos ha servido de mucho en nuestra vida profesional y personal.
Durante la época de cosecha y poda, contamos con la ayuda de Antonio y Alejandro. Antonio lleva trabajando con mi familia unos 30 años, por lo tanto, es casi uno más de la familia. Alejandro lleva con nosotros solo una campaña, pero ¡promete!
El mango es una fruta tan preciada que no se desperdicia nada, salvo las que por alguna razón se han podrido. Toda aquella pieza que no cumple nuestras exigencias de calidad, las destinamos a consumo propio, pues somos muchos en la familia y más los amigos que se pasan de vez en cuando a dar una vuelta por la finca.