Nuestra finca se encuentra en el lugar conocido como “pago de Trayamar”, en el paraje de Canto Blanco. Es una zona tradicional de huertas de patatas, boniatos y otros productos hortícolas, que se cultivan durante prácticamente todo el año gracias a su cercanía al mar, con temperaturas templadas y muchas horas de sol. En Algarrobo conviven profesiones muy dispares que hacen si cabe más atractivo nuestro pueblo: agricultura, pesca y turismo. Es por tanto un modelo de desarrollo diversificado, con matices culturales que surgen de las actividades de la tierra y el mar, y que te recomendamos conozcas.
En Algarrobo nos conocemos todos: somos gente humilde que vivimos de lo que se ha vivido siempre por aquí, ¡Hasta los turistas son parte del pueblo! pues suelen ser familias que repiten cada año durante sus vacaciones. A pesar de ser un lugar de costa, ha conservado su identidad y la transformación urbanística ha sido muy limitada; a apenas unos metros de la playa puedes encontrar huertas de tomates, olivares centenarios y campos de aguacates y mangos.
La “Finca Ariza” es un proyecto que mezcla innovación a la vez que tradición. Nuestros antepasados vienen cultivando este lugar desde la época de mi bisabuelo. Patatas, boniatos, fresas, tomates, pimientos, habichuelas, pepinos… se han llegado a cultivar en la finca. Hoy día mantenemos estos cultivos, que en la zona están en decadencia por el auge de los tropicales, y hemos añadido el romanesco, la col picuda y el melón charentais. Él fue un hombre de gran devoción por su trabajo, al que dedicó su vida, llegando a morir en propia finca.
A manos de mi padre, Angelín Bueno, la gestión de la finca se profesionalizó. Fue adquiriendo las parcelas de los familiares y congregando una superficie lo suficientemente destacada como para comenzar a contar con un equipo de trabajo propio. Este es el caso de Ángeles, que empezó con 11 años y a sus 56 sigue con nosotros. El grueso del equipo lo componen 23 personas. Cada cual está especializado en funciones concretas, y cobran según el convenio colectivo y el grado de complejidad de su tarea. En relación a la diversidad cultural de nuestro equipo, la Costa del Sol ha sido un atrayente de inmigrantes procedentes de Senegal, que buscaban empleo relacionado con el turismo y el campo; nosotros contamos con 5 empleados de este país, a quienes hemos ayudado a formalizar su situación en España, además de apoyarles en la compra de viviendas en su país de origen, para así lograr la ansiada estabilidad de sus familias.
El siguiente salto lo dimos con mi incorporación a la empresa. Dediqué varios años a trabajar como técnico agrícola en empresas de México y España, y en 2010 tomé el testigo para hacer ecológica nuestra producción, y además ser proveedores de nuestros cultivos para evitar la sangrante intermediación que sufren los agricultores de a pie. En esta línea de especialización, incluimos la certificación Naturland en el año 2019, lo cual nos llevó a valorar la importancia de la biodiversidad en la agricultura. Así, hemos cultivado setos de plantas mediterráneas, hemos respetado algunas zonas libres de cultivo, en otras hemos diseñado islas vegetales a partir de arbustos de la zona… y muy especialmente hemos mejorado la gestión del agua, ya que Naturland nos ayuda a determinar con exactitud las necesidades hídricas de nuestros cultivos, y controlar el gasto.
Nuestra finca obtiene el agua del embalse de La Viñuela, y además contamos con pozos propios ubicados en las cercanías. Para el riego usamos el sistema de goteo, que nos permite ahorrar bastante agua respecto a cómo se regaba años atrás. Para nuestro caso, una planta no necesita más de 0,7 l en cada riego.
En cuanto a la calidad de la cosecha, seleccionamos las piezas en nuestro propio almacén, donde nuestro equipo de envasadoras desechan todas aquellas piezas con daños en la piel o cualquier otro síntoma de pudrición. Estas las donamos a granjeros de nuestra comarca, quienes encuentran un aporte extra de alimento para su ganado. Respecto a los subproductos de nuestras plantaciones, los trituramos e incorporamos al suelo como materia orgánica; así cerramos el ciclo sin necesidad de generar residuos.