
El comienzo de junio, para nuestra pequeña finca de Fastuchera, es un período de espera y de trabajo intenso. El cuidado de nuestros antiguos árboles frutales y la protección contra el fuego de los hábitats naturales que conservamos se junta con el trabajo que precede a la cosecha de los antiguos granos, los granos con los que producimos nuestra harina y nuestra pasta.

El trigo no lo tuvo fácil este año. En sus primeros meses de vida sufrió un largo período de sequía, pero afortunadamente, al comienzo de la primavera, la lluvia llegó en el momento adecuado y de la manera correcta.

El vaivén de las espigas se convierte en la imagen más bella que nos da el campo siciliano en esta época del año.
Nicola De Gregorio.